“¿Qué
somos? Siempre odié esa pregunta y nunca creí que la formularía ni en
mi mente. Sin embargo, anoche pensaba en qué seremos tú y yo cuando ya
no seamos nada, porque somos algo, ¿no? No necesito una etiqueta.
Tampoco exijo exclusividad ni es un reclamo. No quiero que una palabra
nos defina pero, ¿somos? Quisiera saber eso. Lo siento, soy una
pesimista y para mí todo tiene fin. En el fondo sé que
no estarás en mi futuro y me duele. Pienso que, cuando ya no sea mi
tiempo y yo ya no sea parte de tu vida, quiero tener la completa
seguridad de que fuimos reales. Quiero tu nombre en la historia de mi
vida.
Amo los números, ordenar y contar pero, ¿cómo mido la
importancia que tuviste en mi vida? Siento mis ojos llorosos cuando
pienso que no vales lo mismo que un novio. Cuando ya no seamos, ¿en qué
te convertirás? ¿en un recuerdo? ¿en un número? Me falta eso. Me falta
la seguridad de que somos ciertos y que valemos el uno para el otro.
Necesito saber que contamos porque fuimos reales, y si fuimos reales no
importa el nombre ni si contamos o no, porque nadie puede quitarme eso.
Así que, cuando lo único que quede de nosotros sean historias, ¿puedo
contarte? Porque siempre creí que el acuerdo era sentir lo menos
posible. Perdóname, pero en unos años cuando alguien me pregunte cuántas
veces he amado, sé que voy a pensar en ti y no quiero descartarte
porque no tuve permiso. Dime, ¿puedo amarte? Cuando alguien me pregunte
cuántas veces me han amado, ¿vale si yo me sentí amada? Cuando alguien
me pregunte cuántas parejas tuve, ¿fuiste tú una?
Te amo
demasiado como para dejar que te borres en la nada. No soporto la idea
de que cuando ya no haya un “nosotros”, te borres de mi vida y seas
inexistente. Yo quiero que cuentes en mi pasado y en mis amores. Cuando
no quede nada más de ti, quiero que al menos seas un número. Aunque en
una unidad no quepa el valor que tienes para mí, ni todos los recuerdos y
suspiros, quiero que aparezcas en mi línea del tiempo. Sentirme con el
derecho de mencionarte como importante.
Odio preguntarme todo
el tiempo si nuestro vínculo es trascendente o no. Si quedarán cenizas
cuando se apague el fuego, no saber siquiera si esto es fuego, para
empezar. No quiero que termines como una página de mi vida escrita con
lápiz en lugar de tinta indeleble. Siento que somos mucho para no ser
nada, pero me asusta que no seamos suficiente para ser algo. No quiero
extraviarte en mi memoria y en el fondo, tampoco quiero que me pierdas
tú.
Yo quiero que seamos, amarte y que contemos para prohibirme olvidar.”