jueves, 11 de diciembre de 2014

Matemáticas mal aplicadas, Denise Márquez.

“¿Qué somos? Siempre odié esa pregunta y nunca creí que la formularía ni en mi mente. Sin embargo, anoche pensaba en qué seremos tú y yo cuando ya no seamos nada, porque somos algo, ¿no? No necesito una etiqueta. Tampoco exijo exclusividad ni es un reclamo. No quiero que una palabra nos defina pero, ¿somos? Quisiera saber eso. Lo siento, soy una pesimista y para mí todo tiene fin. En el fondo sé que no estarás en mi futuro y me duele. Pienso que, cuando ya no sea mi tiempo y yo ya no sea parte de tu vida, quiero tener la completa seguridad de que fuimos reales. Quiero tu nombre en la historia de mi vida.

Amo los números, ordenar y contar pero, ¿cómo mido la importancia que tuviste en mi vida? Siento mis ojos llorosos cuando pienso que no vales lo mismo que un novio. Cuando ya no seamos, ¿en qué te convertirás? ¿en un recuerdo? ¿en un número? Me falta eso. Me falta la seguridad de que somos ciertos y que valemos el uno para el otro. Necesito saber que contamos porque fuimos reales, y si fuimos reales no importa el nombre ni si contamos o no, porque nadie puede quitarme eso.

Así que, cuando lo único que quede de nosotros sean historias, ¿puedo contarte? Porque siempre creí que el acuerdo era sentir lo menos posible. Perdóname, pero en unos años cuando alguien me pregunte cuántas veces he amado, sé que voy a pensar en ti y no quiero descartarte porque no tuve permiso. Dime, ¿puedo amarte? Cuando alguien me pregunte cuántas veces me han amado, ¿vale si yo me sentí amada? Cuando alguien me pregunte cuántas parejas tuve, ¿fuiste tú una?

Te amo demasiado como para dejar que te borres en la nada. No soporto la idea de que cuando ya no haya un “nosotros”, te borres de mi vida y seas inexistente. Yo quiero que cuentes en mi pasado y en mis amores. Cuando no quede nada más de ti, quiero que al menos seas un número. Aunque en una unidad no quepa el valor que tienes para mí, ni todos los recuerdos y suspiros, quiero que aparezcas en mi línea del tiempo. Sentirme con el derecho de mencionarte como importante.

Odio preguntarme todo el tiempo si nuestro vínculo es trascendente o no. Si quedarán cenizas cuando se apague el fuego, no saber siquiera si esto es fuego, para empezar. No quiero que termines como una página de mi vida escrita con lápiz en lugar de tinta indeleble. Siento que somos mucho para no ser nada, pero me asusta que no seamos suficiente para ser algo. No quiero extraviarte en mi memoria y en el fondo, tampoco quiero que me pierdas tú.

Yo quiero que seamos, amarte y que contemos para prohibirme olvidar.”