Me voy a desgastar en escribirte, voy a perder una o dos
horas en hacerlo, voy a sentarme después a la orilla del sofá, a pensar, y voy a releer todo lo escrito. La duda me comenzará a comer, le voy
a borrar algunas cosas y a agregarle otras. Pensaré en mandarlo y también en tu
respuesta. Voy a ponerme nerviosa y le subiré a la música, voy a mirar nuestras conversaciones, voy a pensarte un poco más y después nada... a ver si el valor me llega,
miraré la hora y fingiré que es tarde.