sábado, 12 de abril de 2014

No es todo el tiempo, pero a veces me pasa... Y sé que no es tu culpa que me sienta así, que el problema soy yo, pero no puedo dejar de pensar esto, a veces...



Es simplemente que creo que estás jugando con mis sentimientos y no puedo hacer algo al respecto para detenerte. Me dices que soy importante, pero eso solo te lo puedo creer cuando hablamos. ¿Por qué eres tan indiferente? No soy como todos, lo sé, pero yo solía ver eso como una gran ventaja antes de que llegaras a mi vida… ahora, odio admitirlo, pero sé que eres indispensable para mí y con cada rechazo mi corazón se hunde en miseria y mi pecho se cierra en la tristeza. Solo te puedo hablar y notar que estás muy bien sin mí, y que ya nada de lo que haga podrá hacerte cambiar de opinión.